Los 7 caminos

Siete serán los caminos para ustedes como luz para guardar mi propósito. Siete veces harán mi voluntad para gloria mía, en siete meses que vienen haré de ustedes una iglesia, pero sin terquedad, sin dobleces y sin porfía ya que no es lo que ustedes buscan sino lo que yo busco para ustedes, no es lo que ustedes siguen sino lo que yo muestro. Muestro dolor en algunos y muestro amor en ustedes, muestro mi voluntad para que mi reino sea manifestado plenamente en ustedes.

No dejen ni al más pequeño perdido en el camino, no dejen ni al más pequeño aún, sin asiento en mi mesa, porque todos son llamados, porque todos son amados por mí. Si escudo pongo ante ustedes es porque satanás los atacará y no debe quedar nadie sin cubrir; ustedes no llaman, llamo yo y llamo con autoridad, llamo con certeza de victoria al victorioso y no al engreído, no al perdido en su ceguera.

Tarde no es, pero poco tiempo queda y levantaré a quien yo decida y ese será el más débil entre los hombres, pero el más fuerte en mí. Busquen ser débiles y no fuertes, busquen el anonimato en la carne; ustedes deben morir porque no hacen, no deciden, mueren a la carne y nacen en mi hijo que es santo y hace mi voluntad. Si hay entre ustedes vanidad, debe morir, si hay dolor, debe acabar. Acaba lo que acaba y nace lo nuevo, lo nuevo levanta, restaura y une, lo que acaba separa y divide.

Yo uno, yo traigo, yo doy vida, yo tengo todo y no guardo nada porque en mi Hijo todo lo encontrarán. Hombres y mujeres con sus hijos vendrán y serán acogidos por ustedes en mi nombre, hombres y mujeres caminarán buscando mi voluntad. El camino que muestro a ustedes no es del mundo, no tiene la lógica del mundo. No teman porque lo que muestro es eterno y no tiene ojo humano en él, porque es santo y puro, puro en mi voluntad y puro en mi propósito.

Salten en el camino cada escollo, derriben murallas, saquen la espada de la verdad, pongan amor y luz, amor para mis hijos y luz para justicia. Muestren mi camino y mi voluntad, muestren lo que es eterno.

Nada se aparta de mi camino, nada sale de mi mano, pero nadie sale de mi propósito sin consecuencias.

Los ángeles que conoces son custodios de lo que viene, son guardianes de ustedes y de los que vendrán, están para protegerlos del mundo y de satanás, son celosos y no temen atacar a quien se revela ante mí. Sigan el camino señalado, pero sigan con humildad, en humildad y en temor, porque duro es el camino para el ciego, pero peor aún es para quien viendo, se aparta.

Serán siete personas también las que llegarán para los siete caminos que hacen uno solo completo y pleno, sin que falte y sin que sobre. Solo expanden y llaman para mostrar mi gloria y mi propósito. Deben seguirlo, deben obedecer a mi Espíritu que está entre ustedes para ser escuchado. El que no escucha no ve; escuchen y sigan lo que señalo.

Mi Hijo tiene entre ustedes poder de renovar, de restaurar, de dar nueva vida a mi Espíritu apagado en mis hijos. El mundo entristece a mi Espíritu, el hombre entristece al Padre por su ceguera y por necio. No saben de mi poder, no saben de mi poder para restaurar, para nacer de nuevo, pero tampoco saben de mi ira. Los dos ángeles mostrarán mi ira cuando haya que hacerlo, ustedes son llamados a mostrar mi “llamado”, mi camino y mi verdad.

Sean uno para que mi propósito se cumpla, sean uno para que mi poder se manifieste. Con poder se logra el camino sobre la montaña, no por debajo de ella; he aquí el misterio del camino que tengo; no va por debajo del monte, sino que lo sube, lo encamina con decisión. No hay rodeos en mi camino, no hay desvíos ni quebradas, solo el camino recto a mi reino, el monte se inclina y los bosques se dispersan, las aguas se separan y los riscos se rompen. El camino del hombre es torcido, más el
mío, es recto y no cambia; ni la tormenta, ni el fuego, ni el granizo, ni los rayos lo detienen, solo el hombre se tuerce y se pierde. Mi camino es recto, sin cambios, no hay verdad ni justicia en el camino serpenteante, no hay verdad en el que se desvía ante el obstáculo, no hay certeza ni fortaleza en el que cae, porque yo no caigo; han caído ustedes.

La falta de uno es tropiezo para el otro, no caigan porque si caen ustedes, serán el tropiezo de otros. Si no hay camino firme y sin tropiezo, más vale que se separen y desistan, porque no perdono al necio y no dejaré a mi iglesia en manos de necios. Más vale huir que ser necio, más vale huir al monte, a lo oscuro del bosque, que ser tropiezo de otros. No caigan que en mí está la fortaleza, no busquen justicia que yo soy justo.

Todo el camino será mostrado, pero sin reservas en ustedes, saquen de su mente y de su corazón cualquier duda, porque el que duda no camina, el que duda no avanza, el que duda no obedece. La mente que el hombre ha puesto en ustedes me es por pérdida tomada, pero por ganancia la del Espíritu mío en ustedes. Si el monte se levanta, mi camino lo cruza; el monte trae temor al hombre, pero no a mis hijos que suben el monte y ponen luz en lo alto.

Los siete caminos:

1 La luz en la vida de mis hijos perdidos es mi primer propósito en ustedes, es el primer camino. Suban el monte y pongan luz en verdad, amor y justicia. Luz al confundido, pero que me ama y me busca, luz que trae de vuelta al hijo pródigo.

2 Amor para restaurar y para el reencuentro conmigo es el segundo camino, amor para sanar y para apacentar.

3 Sabiduría es lo que hace el tercero, sabiduría para ver, para no perder el camino y para no confundir. El falso profeta confunde en la ignorancia al perdido; el sabio sigue el camino sin tropiezo.

4 Abundancia de la palabra es el cuarto camino, porque hoy hablo y no solo hablé antes. El mundo cree que solo hablé antes, mas he aquí que hablo para mis hijos. ¿Por qué solo buscan en los de antes? ¿Acaso no hay hijos hoy que obedezcan para hablarles? ¿Que no ven ni oyen que les hablo?
Abundancia de mi palabra habrá entre ustedes porque soy el que da la palabra plena e inagotable.

5 Valentía es el quinto camino, valentía para creer en mi palabra primero, valentía para obedecer mi palabra, valentía para no temblar ante el mundo y abrir la boca para que el mundo me escuche y mis hijos me sigan.

6 Obediencia es el sexto, obediencia a mi voluntad, obediencia a mi diseño y no al suyo, obediencia a mi propósito y no al de ustedes. Obediencia a mi mandato que es santo y bueno, porque la voluntad del hombre se disfraza de buena, pero es muerte; se disfraza de justicia, pero es injusta.

7 Reinar en mí es el séptimo camino, porque en mi reino hallarán abundancia
de prodigios y dones, abundancia de poder, de sanidad, de restauración, de
vida y de riquezas, riquezas del cielo encontrarán, mas no del mundo. Mi
abundancia es plena, mi abundancia colma y es completa, sacia la sed y
alimenta, viste y protege, pone un techo ante la tormenta y pone paz en el
corazón de los hombres.
Si el camino que siguen es el mío, nada faltará, nada sobrará y NADIE sobrará. Todos son llamados, mas no todos oyen, ni todos llegan. ¿Qué esperan que no llaman? Que mi voluntad sea hecha entre ustedes.