No Digas que no lo que Señalo

Hoy estoy entre ustedes por voluntad de mi Padre, hoy estoy para ustedes por mi voluntad, porque me entregué por ustedes como se entrega el oro al fuego, como se entrega la vida en la muerte, para que haya fruto bueno y dulce.
La entrega a mí les traerá el fruto dulce que alimenta y da testimonio de mi sacrificio al mundo. No digas que no a lo que muestro, no digas que no a lo que señalo, porque es voluntad de mi Padre que así sea. Sigan el camino señalado con tranquilidad y con paz porque voluntad de tu Dios es. Ese camino tendrá lo que hay en la voluntad de Él y será de provecho para muchos. Ángeles habrá para
custodiarlos, ángeles habrá para hacer una senda segura y sin quebranto. Hoy no habrá dolor ni angustia, hoy es tiempo de cosecha en abundancia y de tener dulzor en el paladar. Dulce de la mano de mi Padre, dulce de la mano del Espíritu Santo y de la mía, dulce que rebalsa todo y que cae sobre ustedes como la
miel cae sobre el panal. Dispónganse para recibir lo que el Padre envía: poder de Dios, ángeles entre ustedes y también habrá frutos en abundancia en aquellos que han sido obedientes. Obediencia he visto en ustedes y pido que abran sus bocas y sus brazos para recibir mi miel, que es dulce, pero que no seca el paladar. Si tienen lo que he pedido, tienen mi palabra y tienen mi camino señalado.
Abran su boca para entregar porque aún no se detienen, llegarán más hambrientos, llegarán más hijos buscando a su Padre y serán recibidos en justicia y también en sabiduría del Padre. Ya no hay dudas ni debe haber temblores, solo certezas y paso firme sobre la roca. Busca en ti lo que mi Padre entrega, porque estoy en ustedes para gloria de mi Padre. Una iglesia obediente es una iglesia santa
que no puede dejarse bajo la mesa. Es por eso que mi Padre hoy la muestra, es por eso que hoy son luz, pero para gloria de mi Padre, no de ustedes.
Sean humildes en lo que viene, sean silenciosos en su lengua y abran la boca para las lenguas celestiales. Porque la lengua del hombre entrega muerte, mas, la de mi Padre, vida y vida en abundancia. Que abundancia haya en sus bocas, en sus palabras y en su entrega. Que se cumpla la voluntad de mi Padre en ustedes, para lo que está por venir.
Lo que viene es locura para el hombre, pero vida para el hijo de Dios. No habrá rincón sin su temblor, conocerán el temor de Dios y se arrodillarán ante solo su nombre. Deja de agradar al mundo y a Satanás, detén la desobediencia y abre los cielos sobre tu cabeza porque bajará el poder de Dios entre ustedes; milagros y señales habrá que harán temblar la tierra ante mis pies. Los ríos se secarán y las montañas caerán, porque Dios es creador de todo.
No habrá rincón sin que escuche de su nombre y ustedes, sus hijos, su iglesia, gritarán su nombre y hablarán como mil trompetas al viento, de la buena noticia de mi muerte para salvación.
Sobre las montañas estarán mis hijos, sobre el monte se señalará mi iglesia que abrirá el cielo para la palabra de Dios que caerá como miel a sus hijos y como temblor ante el mundo.
Jehová es quien gobierna los cielos y la tierra tiembla ante su nombre, mas sus hijos, corren a su encuentro y llevan consigo a los arrepentidos porque reinarán conmigo. Corran, corran y traigan a todo aquél que tiemble y tema, recojan y traigan al perdido y al desconsolado, porque para eso está mi iglesia ya preparada, para que en mi mesa sean servidos.
Como hijos y siervos, como alimentadores que fueron alimentados por mí y por mi Padre. Mi gloria, mi Padre, mi Espíritu en ustedes, mi iglesia.