No quiero a mis hijos recibiendo la gracia sin temor

No quiero a mis hijos recibiendo la gracia sin Temor.


Mensaje recibido el 14 de marzo de 2024


Oración:
Perdón Señor por no disponerme hace dos días, perdón por mi porfía y por mi falta de sabiduría para reconocer tu voz y obedecer. “Heme aquí” es lo que anhelo decir y de la manera que quiero disponerme de aquí en adelante; tomo tu misericordia y me humillo ante ti, amén.


Mensaje:
Habla el Padre
La gracia del Padre, mi gracia, es la que sostiene a los hijos de Dios, pero no para tomarla livianamente, no para que hagan de ella lo que deseen sus corazones, porque son estrechos, no ven y son miopes.

Mi gracia es para abrirles las puertas a mi voluntad y a mi camino, mi gracia los cubre y la entrego porque sé que caerán, pero no la tomen en desobediencia, sino en obediencia y en temor, porque mi gracia mal entendida tendrá la consecuencia adversa a lo que es mi voluntad, y los alejará.

No quiero a mis hijos recibiendo la gracia sin temor, porque de la carne surgirá la desobediencia. Nunca la gracia ha sido para los desobedientes; a ellos niego mi gracia; nunca mi gracia ha sido para el soberbio, contra él mi gracia se convierte en ira; nunca mi gracia ha sido para el que me niega, porque contra él
tendré que me ha negado; nunca mi gracia ha sido para el cobarde, porque contra él tendré vergüenza y lo negaré y será despojado aún de lo poco que tiene. El cobarde se esconde en la gracia, el desobediente se aprovecha de la gracia, el que no me teme se jacta de la gracia y el que me niega se pierde en la gracia.

La gracia trae perdón y misericordia al que me ama y al que me teme, pero al que no me ama le trae perdición, y no temblará mi mano ante aquél que me niega. Si digo esto es porque entre ustedes hay quienes podrán perderse en la gracia, por falta de temor y por soberbia. El temor de Dios los hará abrir los ojos ante esto y no olviden que mi ira contra el mundo y contra aquél que no me teme, está pronta.

Abran sus bocas para entregar esto entre ustedes, para que sean sabios, porque el que no es sabio no podrá seguir mi camino. Salgan de donde están para poder ser luz; la gracia no los hará sabios ni serán luz, porque por sí sola no los guiará por el camino, sólo mi Espíritu los guiará. Mi gracia está para el que me ama y para el que me teme, porque este es el que obedece, el que no me ama y el que no me teme, no obedece y el que no obedece, mejor le sería no haber conocido la gracia.


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